jueves, 31 de julio de 2008

“El viaje en el tiempo”

por Manlio E. Wydler
Los argentinos hicimos más de dos viajes en el tiempo, uno fue hacia el futuro, cuando hace varias décadas, la Comisión Nacional de la Energía Atómica deseaba desarrollar una torre que estrellaría partículas sobre átomos a altas velocidades, para el estudio de nuevos elementos y partículas que podrían formarse en estos velocísimos choques y que tiene una relación con otro avance mundial en estas cuestiones que enseguida relato.
Por supuesto que, al casi finalizar la obra civil que se encuentra a la vera de la Avenida Gral. Paz, en el límite de la Ciudad Autónoma con la Provincia de Buenos Aires, este interesante emprendimiento se paralizó, ya que había otras “extraordinarias” prioridades en este país nuestro. Este viaje hacia el futuro se truncó.
Mientras en otros lugares del mundo, se siguió avanzando, gracias a asociaciones de muchos países, lográndose así las enormes máquinas necesarias para estos experimentos ( y otros), donde la interacción de partículas pueden dar productos y “singularidades” que hacen avanzar nuestros conocimientos y luego, las aplicaciones a que estos den lugar.

Se construyó un gigantesco acelerador de partículas entre dos países y con la financiación de muchos otros, donde físicos y matemáticos de todo el mundo, pudieran realizar los experimentos –realmente extraordinarios- que una noticia que aparece en YAHOO, (del día11 de febrero de 2008) nos hizo conocer.

Los viajes en el tiempo podrían dejar de ser un tema recurrente de la literatura de ciencia ficción para convertirse en una realidad científica en solo unos poquísimos meses.
Según los matemáticos rusos Irina Arefeva e Igor Volovich , que trabajan en el CERN es el mayor laboratorio de física de partículas, y se alza al noroeste de Ginebra, en la frontera entre Francia y Suiza. La mayoría de las actividades del laboratorio están hoy día centradas en la construcción y puesta en marcha de un nuevo colisionador, justamente, el LHC.
El LHC es, en los hechos, el proyecto de cooperación científico más grande del mundo, al reunir a alrededor de 2.000 físicos representantes de 34 países y cientos de universidades y laboratorios de todo el planeta. Se espera que comience a trabajar en mayo de este año, después de haber sido pospuesta su entrada en funcionamiento debido a fallas detectadas hace casi un año atrás.
Es entonces cuando, de acuerdo con el ensayo publicado por los rusos, podría abrirse una puerta hacia el viaje en el tiempo.
"Las colisiones protón- protón dentro del LHC podrían dar lugar a la formación de máquinas del tiempo (regiones del espacio-tiempo con curvas cerrado similares al tiempo) que violan la causalidad", explican en su trabajo Irina Arefeva e Igor Volovich.
El objetivo inicial del Centro es acelerar las partículas que forman los átomos hasta cerca de la velocidad de la luz para que impacten y recreen así las condiciones que existían en el instante en el que se produjo el Big- Bang. De este modo, los científicos podrán estudiar mejor cómo fueron los primeros microsegundos del Universo.
Sin embargo, los matemáticos rusos calculan que la fuerza liberada podría ser de una magnitud tal como para llegar a afectar al tejido del Universo, generando ondulaciones espaciales y creando las circunstancias propicias para que se produjese un "agujero de gusano", de tal modo que nuestro tiempo estaría conectado con el futuro.
En física, un agujero de gusano, también conocido como un puente de Einstein-Rosen, es una característica topológica del espacio-tiempo hipotética (es decir, teórica), descrita por las ecuaciones de la relatividad general. Resumiendo casi hasta el infinito, se podría decir que un agujero de gusano es esencialmente un "atajo" a través del espacio y el tiempo.
El término fue introducido por el físico teórico estadounidense John Wheeler en 1957 y proviene de la siguiente analogía, usada para explicar el fenómeno: imagine que el universo es la cáscara de una manzana, y un gusano viaja sobre su superficie.
La distancia desde un lado de la manzana hasta el otro es igual a la mitad de la circunferencia de la manzana si el gusano permanece sobre la superficie de ésta. Pero si en vez de esto, cavara un agujero directamente a través de la manzana la distancia que tendría que recorrer sería considerablemente menor, recordando la afirmación que dice "la distancia más cercana entre dos puntos es una línea recta".
Pero, más allá de que aún hay que ver si esta vez, efectivamente, el CERN podrá poner a trabajar a su LHC, y aún cuando las hipótesis de los matemáticos rusos fueran medianamente ciertas, esto no implicaría que a partir de mayo se pudiesen recibir viajeros en el tiempo.
Ah, desilusión... ¿por qué? Porque los agujeros que se producirían serían apenas mayores que un puñado de átomos. O, como mucho, agujeros negros en miniatura en zonas del campo francés y suizo.”

Esperemos que esos “agujeros negros no finalicen con la continuidad temporal y supriman nuestro mundo como lo conocemos- con nosotros incluídos.

Aparte, por todo lo expuesto, no me caben dudas que al iniciarse este experimento, se pone la piedra fundamental de los viajes a través del tiempo y del espacio, comprimiéndolos, para acercar puntos muy distantes y lograr velocidades “Trans - Ward”, que sobre estudios teóricos, basaron autores de ciencia –ficción sus populares series y películas: por ejemplo: “Viaje a las estrellas”.

Por eso digo que nuestro país ha realizado más de dos viajes , y los dos últimos al pasado directamente: primero porque privó al país de investigaciones que lo catapultaban al futuro y porque no contentos con eso, nuestros gobiernos siguen mandándonos al pasado, con falta de insumos, pérdidas de generación de energía, deterioro de la infraestructura (Mucha es como si nunca la hubiéramos tenido.) y la segunda, parece que pese al tiempo transcurrido, seguimos dependiendo del campo para sostener esta república, pero eran más eficientes hace cien años. No existe una real gestión. Mas bien una acentuada incapacidad, salvo por los manejos mafiosos, que siempre al final son improductivos.

Cada vez menos ocupados, menos importantes entre las naciones, solo vendiendo materias primas o apenas modificadas, problemas de seguridad y de funcionamiento terribles, en fin se está cumpliendo lo pronosticado por San Martín, como no estamos unidos, este siglo nos encuentra en “taparabos” y es algo real, en la Argentina volvimos al pasado remoto.

La Ciudad Autónoma no es una excepción, la torre de la ex Interama ( pésimamente luego llamado “Parque de la Ciudad”y los juegos mecánicos (que tienen en USA a su mellizo funcionando perfectamente), tuvieron poca vida, un irregular traspaso a la Ciudad, chicos que lo visitaban y terminaban asaltados por los ladrones que salían de una villa cercana y la falta de mantenimiento –hábito argentino- lo dejaron inhabilitado. Hoy sabemos que el sindicato de la municipalidad se ha encargado del desguace de los materiales por precio vil,- las partes se venden en diversos corralones, -como vimos gracias a las cámaras ocultas de “Documentos América”. Todo el lugar se muestra llenos de yuyos, intrusamiento en progreso y el abandono general que cada vez nos aprisiona más.
Ing. Manlio E. Wydler
DNI 4425478.
Secretario de la Fundación Argentina para los Espacios verdes

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