miércoles, 20 de febrero de 2008

Tachemos el tacho: No más electrónicos a la basura

Los argentinos desechan al año casi 100.000 toneladas de aparatos eléctricos y electrónicos, la mayoría nos terminan contaminando
“Nos tapa y, a veces mata, de a poquito. La chatarra eléctrica y electrónica avanza contaminando suelos, cuerpos de aguas, ecosistemas y, lo más importante, a nosotros mismos. Desde los tubos fluorescentes con mercurio hasta las baterías de celulares con cadmio, las heladeras con CFC y aceites, o los monitores con fósforo, la basura electrónica es un verdadero problema del siglo XXI. Nos volvimos electrónicos, en el trabajo, la oficina o el hogar; pero no queremos asumir la responsabilidad del posconsumo de los aparatitos y servidores que nos hacen la vida más fácil¨ declara el biólogo Gustavo Protomastro de la consultora e-Scrap.
Según las tendencias de crecimiento de la basura electrónica, basadas en reportes de producción, importaciones y ventas de la Secretaría de Industria para electrodomésticos, informática y telecomunicaciones, así como datos de la Cámara de Máquinas de Oficina, los argentinos ya estamos desechando 2, 5 kilogramos de rezagos eléctricos y electrónicos reciclables al año; esto es unas 100.000 toneladas anuales. “Cada heladera, cada aire acondicionado, cada televisor o computadora que de desecha, conlleva diversas partes por millón de desechos peligrosos, que deben ser gestionados por empresas especializadas para ser reciclados y usados como insumos de nuevos procesos industriales. Todos los equipos nuevos vienen con el tacho tachado, es decir, que su destino final no debe ser como basura, sino deben reciclarse”, agregó el biólogo Protomastro.

En el mundo desarrollado y varios países emergentes, la basura electrónica no puede ser desechada en basurales o rellenos sanitarios (CEAMSE). Por ley, y porque tirar equipos electrónicos a la basura contamina y daña la salud ambiental; se trabaja en separar éstos desechos del resto de la basura doméstica. Si bien no siempre se gana planta con éste proceso, se evitan los terribles costos a futuro de limpiar su contaminación. Datos:

- Un tubo fluorescente por su contenido en mercurio y fósforo puede contaminar 16.000 litros de agua
- Una batería de Níquel Cadmio de un teléfono celular, puede contaminar 50.000 litros de agua y afectar 10 metros cúbicos de suelo
- Un televisor puede contaminar 80.000 litros de agua por su contenido de metales en las plaquetas, plomo en vidrio y fósforo en la pantalla.
- Una plaqueta de un celular o una computadora tiene mercurio, bromo, cadmio, plomo y selenio, entre otros contaminantes peligrosos según la Ley argentina de Residuos Pelgirosos.
- Toda heladera o aire acondicionado tiene gases CFC que destruyen la capa de ozono, tanto en el gas refrigerante como en el poliuretano expandido.
Mientras los componentes eléctricos y electrónicos está en los equipos, no hay riesgo para la salud ni el ambiente. El problema es cuando se tiran a los rellenos sanitarios, basurales clandestinos o quemas, y todos los componentes peligrosos se liberan y migran por el ambiente contaminando. Por eso, tachemos el tacho para la basura electrónica: no más chatarra electrónica a los basurales, ya!!!!!

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