jueves, 13 de diciembre de 2012

En el 2020 los invernaderos holandeses serán neutrales en energía

Este programa diseñado hasta el 2020 cuenta con un presupuesto de 5,6 millones de euros, y será sufragado a partes iguales tanto por el sector privado como por el propio gobierno.


Los invernaderos holandeses son a día de hoy unos grandes consumidores de gas. El 10% del consumo de gas en Holanda se debe a ellos, concretamente 3,5bn por metro cúbico. Sin embargo, también es cierto que la preocupación del sector por reducir el impacto ambiental y aumentar la eficiencia energética es una realidad: se espera que en el 2010 el uso de energía por kilo de producto sea de tan solo de un 35%, frente a un 100%, utilizado en 1980.

Los nuevos modelos de desarrollo energéticos en los que Holanda centra su atención son los siguientes: uso de la energía solar combinada con invernaderos cerrados, combinaciones de diferentes energías (co-energías), aprovechamiento del calor de la tierra, utilización de biofuels, nuevas estrategias de cultivos con variedades que aprovechan mejor la energía, etc.

Las experiencias que desde las centrales experimentales holandesas se están llevando a cabo para el desarrollo de otras energías alternativas, como la solar, auguran que en el 2010, Holanda dispondrá ya de 700 hectáreas que utilizarán este tipo de energía. El sistema consiste en la acumulación de calor en el suelo del invernadero durante el verano para su posterior utilización en el invierno.

Respecto a la utilización de co-energías, el resultado final dependerá de la diferencia entre los precios del gas y de la electricidad. Con este sistema, esta previsto que los productores puedan llegar a vender a la red eléctrica nacional su propia energía.

La tecnología para aprovechar el calentamiento natural de la tierra (el agua que se encuentra a 1.800 metros de profundidad está a 65ºCelsius), consiste en hacer perforaciones mediante dos tubos que bombean el agua, y que por consiguiente calientan el invernadero. Se espera que en el 2020, unas 500 hectáreas estén adheridas a este sistema.

En biofuels acaban de empezar las primeras experiencias y en la localidad de Emen ya existen cuatro máquinas biofermentadoras para 140.000 toneladas de maíz.

Esta preocupación por la eficiencia energética es tal que incluso las casas de semillas están involucradas en ello. Algunas de ellas ya están llevando investigaciones para conseguir las primeras variedades que gasten menos recursos energéticos. Y en este sentido, en el año 2020 más de 2.000 hectáreas de tomates y pepinos se verán beneficiadas de este ahorro.

También existen otras propuestas de investigación, como la utilización de nuevos tipos de cristal que permitan una mayor transmisión de luz en el invernadero.

Otros desarrollos que también se llevan a cabo son la utilización de molinos de viento, el aprovechamiento del CO2 de la compañía Shell (OCAP), placas solares, la quema de madera, así como la clausterización de la producción energética de dos o más invernaderos.

Este mismo año se ha puesto en marcha un plan para la reducción de las emisiones de CO2 (está prevista la reducción de un 45% de emisiones en el 2020 frente a 1980) y hacer del sector agrícola un sector eficientemente energético.
http://fruittoday.com/articulos.php?id=1184232640087665&idioma=C

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